Documentación indocumentada: Test de Bechdel.

¡Esto es eterno! ¿Cuánto has escrito en la vida?

Muchísimo.

235 historias de Charly y sus amigos.

25 novelas.

130 cortos.

Y muchísimos proyectos a medias o en stand by.

Hay gente que se va de viaje. Yo me vuelvo del viaje.

Recapitulemos las normas del test de Bechdel, una forma sencilla de evaluar la presencia femenina en una historia.

1. Aparecen, al menos, dos personajes femeninos con nombre y apellido.

2. Que mantienen una conversación.

3. Que no tiene como tema un hombre, tampoco de forma fraternal (por ejemplo, dos hermanas hablando de su padre).

Acabemos con la evaluación de una vez.

¡Perros, para qué os quiero! Es la secuela de Perros en el tintero y la estoy corrigiendo ahora mismo. Es mucho mejor que su antecesora, sin duda alguna. Estoy pasándosela a gente para saber qué le parece, así que, si todo va bien, me encantaría presentarla a algún concurso o patear editoriales pronto. Hay conversaciones variopintas entre mujeres, pocas sobre hombres, muchas sobre comportamiento canino. Es la historia de Noemí con los perros, con todos los obstáculos que debe superar para cumplir su sueño perruno.

Llegamos al año 2021 con Me parece que este pendrive no es tuyo, mi novela número veinticuatro. Tengo sentimientos encontrados. La historia trata sobre un escritor (muy ido de la olla, como todos) que encuentra un perro mecánico en la tumba de su hermano. Esta idea surgió casi al mismo tiempo que la ya mencionada Bajo las notas, pero la empecé a escribir unos meses antes de terminarla. El problema es el final. Tiene  tres y ninguno me gusta, pero de ninguna manera cumple el test. Solo hay un personaje femenino. Me recuerda mucho a mis primeros trabajos.

Y llegamos, por fin, a la última novela terminada: El monte blanco, en 2022. Es la secuela de Si lo escribes es verdad, mucho mejor construida, pero aún le tengo que dar algunas vueltas. Nuevamente, siendo una novela de fantasía, sigue las aventuras en un mundo extraño al que el protagonista quiere salvar porque la antagonista lo está destruyendo. Esta mujer conversa con muchas personas para llevar a cabo su plan. ¿Podría considerarse eso suficiente para superar el test? Porque no hay muchas conversaciones de ese tipo, aunque pasa como en su antecesora, que la mayoría de personajes son mujeres.

Ahora estoy trabajando en el rediseño desde cero de Cerebro de rata y el test cumple, pero aún estoy en los cimientos. También estoy con Trivial en vivo, una novela río con seis protagonistas y aseguro que cumple desde el minuto uno el test de Bechdel, porque la premisa es “¿y si jugáramos al trivial pero en la vida real?”. Las conversaciones en la primera página rondan a esta idea, siendo chicas cuatro de los seis jugadores.

Pues esto es todo. Mi valoración final es la siguiente: Puede parecer un test muy tonto. De hecho, no es más que dos mujeres de rol importante hablando de, literalmente, cualquier cosa menos de hombres. Puede parecer muy sencillo, pero hay ciertas historias que, debido a su forma de ser, como un cuento o una novela íntegra romántica o erótica, no pueden ser cumplidas si, en el primer caso, el protagonista es un chico o, en el segundo, no quieres meter paja en tu trabajo. No creo que por esto sean obras machistas. Hay escritores que reconocen no saber hacer personajes femeninos. Yo misma tengo muchas novelas sin representación de mi género.

Considerar una obra negra o blanca solo por este test me parece un exceso, pero es muy interesante integrarlo si se puede, porque dará riqueza a la profundidad de los personajes. Al fin y al cabo, una historia se basa en la relación entre ellos. Eso la mueve, la hace crecer y ser inolvidable.

Lo mejor es no obsesionarse con estas cosas, lo dice quien se ha pegado cinco artículos evaluando sus historias.

Por algo soy escritora.

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